El Ministerio de Emaús para Hombres es un ministerio parroquial cuya meta principal es evangelizar el amor a Jesucristo durante un retiro de fin de semana.
Inspirado en un pasaje de las Sagradas Escrituras, el Evangelio de Lucas 24:13-35 (El Camino hacia Emaús), el retiro se centra en la importancia de conocer a Dios. El retiro de Emaús comienza el viernes por la tarde y termina el domingo por la tarde con la celebración de la Sagrada Eucaristía junto con las familias, amigos y la comunidad parroquial que les dan la bienvenida a los participantes. El retiro permite a los participantes tomarse unas vacaciones de sus actividades diarias, dedicando un tiempo a si mismos, dando una oportunidad especial para un crecimiento espiritual, al entablar una relación con Dios, ofreciéndote tiempo para reflexionar y un espacio para acercarte a Jesús en tu búsqueda y encuentro con el.
El retiro de Emaús te ayuda a llevar una vida llena de esperanza en un mañana mejor que redundará en beneficios para ti y tu familia. El retiro te guía a través de una serie de experiencias personales relacionadas con la vida espiritual, emocional, física y de relaciones interpersonales presentadas por un grupo de laicos, que te ayudarán a salir con un sentido renovado de prioridades y propósitos.
Para asistir al retiro de Emaús, no es necesario ser Católico ni ser miembro del equipo ni del Ministerio. Todos los hombres, de dieciocho años o más de edad, están invitados a asistir a un retiro de Emaús.
Estamos contentos de compartir contigo los dones de la fe, de la esperanza y del amor que la comunidad de Emaús recibió de Jesús. Oramos para que la información que recibas en este sitio llegue a tu corazón para continuar y fortalecer, renovar o recibir a Jesús, y para descubrir el don de la Fe que nos ha sido dado por Nuestro Señor Jesucristo, quien es la fuente de fortaleza, paz y verdadera felicidad.
Ven comparte con nosotros el próximo retiro de Emaús, es una experiencia inolvidable para todos los candidatos. Nuevas amistades, aprender a conocernos mejor a nosotros mismos y a nuestros hermanos; mucha sanación espiritual a las heridas que afectan nuestra relación con Dios. Recuerdos que perduran en nuestros corazones por mucho tiempo y que serán el inicio de un caminar o peregrinar junto a Jesús, no sólo por el "Camino de Emaús," sino por toda nuestra vida.
¡Jesucristo ha resucitado! ¡En verdad resucito!